~ Pedro Salinas y Serrano, poeta madrileno


    TU VIVI SEMPRE NEI TUOI ATTI

    Tu vivi sempre nei tuoi atti.
    Con la punta delle dita
    sfiori il mondo, gli strappi
    aurore, trionfi, colori,
    allegrie: è la tua musica.
    La vita è ciò che tu suoni.

    Dai tuoi occhi solamente
    emana la luce che guida
    i tuoi passi. Cammini
    fra ciò che vedi. Soltanto.

    E se un dubbio ti fa cenno
    a diecimila chilometri,
    abbandoni tutto, ti lanci
    su prore, su ali,
    sei subito lì; con i baci,
    coi denti lo laceri:
    non è più dubbio.
    Tu mai puoi dubitare.

    Perché tu hai capovolto
    i misteri. E i tuoi enigmi,
    ciò che mai potrai capire,
    sono le cose più chiare:
    la sabbia dove ti stendi,
    il battito del tuo orologio
    e il tenero corpo rosato
    che nel tuo specchio ritrovi
    ogni giorno al risveglio,
    ed è il tuo. I prodigi
    che sono già decifrati.

    E mai ti sei sbagliata,
    solo una volta, una notte
    che t'invaghisti di un'ombra
    -l'unica che ti è piaciuta-
    un'ombra pareva.
    E volesti abbracciarla.
    Ed ero io.





    TÚ VIVES SIEMPRE EN TUS ACTOS

    Tú vives siempre en tus actos.
    Con la punta de tus dedos
    pulsas el mundo, le arrancas
    auroras, triunfos, colores,
    alegrías: es tu música.
    La vida es lo que tú tocas.

    De tus ojos, sólo de ellos,
    sale la luz que te guía
    los pasos. Andas
    por lo que ves. Nada más.

    Y si una duda te hace
    señas a diez mil kilómetros,
    lo dejas todo, te arrojas
    sobre proas, sobre alas,
    estás ya allí; con los besos,
    con los dientes la desgarras:
    ya no es duda.
    Tú nunca puedes dudar.

    Porque has vuelto los misterios
    del revés. Y tus enigmas,
    lo que nunca entenderás,
    son esas cosas tan claras:
    la arena donde te tiendes,
    la marcha de tu reloj
    y el tierno cuerpo rosado
    que te encuentras en tu espejo
    cada día al despertar,
    y es el tuyo. Los prodigios
    que están descifrados ya.

    Y nunca te equivocaste,
    más que una vez, una noche
    que te encaprichó una sombra
    -la única que te ha gustado-.
    Una sombra parecía.
    Y la quisiste abrazar.
    Y era yo.



Etichette:

Powered by Blogger